La sanitización es un proceso fundamental para reducir y controlar la presencia de virus, hongos y bacterias en ambientes habitados. Una adecuada sanitización ayuda a prevenir enfermedades, mejorar la calidad del aire y prolongar la vida útil de objetos y materiales. Es clave utilizar productos desinfectantes adecuados, aplicar técnicas de limpieza correctas y mantener una higiene constante en espacios residenciales, comerciales e industriales. La prevención es siempre la mejor estrategia para mantener ambientes saludables y seguros.
¿Dónde viven?
Virus, hongos y bacterias están presentes en una amplia variedad de ambientes, tanto en interiores como en exteriores. Se encuentran comúnmente en:
• Superficies de contacto frecuente (mesas, manillas, interruptores)
• Cocinas y baños
• Ambientes húmedos y con poca ventilación
• Sistemas de climatización y ventilación
• Equipos electrónicos y objetos personales (celulares, teclados, controles remotos)
• Alimentos y utensilios de cocina
Estos microorganismos pueden sobrevivir en diferentes superficies durante horas o incluso días, dependiendo del tipo y las condiciones ambientales.
Problemas que ocasionan
La presencia de virus, hongos y bacterias en el ambiente puede generar múltiples problemas para la salud y el bienestar:
• Propagación de enfermedades: resfriados, gripes, infecciones respiratorias, gastrointestinales y cutáneas.
• Infecciones hospitalarias: en entornos médicos, su presencia aumenta el riesgo de infecciones en pacientes vulnerables.
• Deterioro de materiales: algunos hongos y bacterias contribuyen a la degradación de papel, madera, textiles y alimentos.
• Malos olores: la proliferación de hongos y bacterias puede causar olores desagradables en espacios cerrados.
• Alergias y problemas respiratorios: esporas de hongos y toxinas bacterianas pueden desencadenar alergias y agravar afecciones como el asma.
Alimentación
Estos microorganismos no tienen una dieta única, pero generalmente se alimentan de:
• Materia orgánica (restos de alimentos, polvo, células muertas)
• Humedad presente en el ambiente o en superficies
• Residuos de productos de limpieza inadecuados o mal enjuagados
• Materiales porosos como madera, papel y textiles
El control efectivo requiere eliminar no solo a los microorganismos, sino también las condiciones que favorecen su proliferación (humedad, suciedad y materia orgánica).